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Complemento directo
Complemento indirecto
Singular
lo
la
le (se)
Plural
los
las
les (se)
Pero esta sencilla clasificación teórica no resulta tan fácil en la práctica. Hemos de tener en cuenta que en Madrid y otras zonas del centro peninsular los errores en el uso de los pronombres átonos son muy frecuentes, y que de ahí han pasado también a ser frecuentes en muchos de nuestros medios de comunicación.
1. LEÍSMO
Se denomina leísmo al fenómeno de utilizar los pronombres átonos le y les cuando lo correcto sería lo y los o la y las.
Al caballo le mataron después de la carrera.
Debería decirse:
Al caballo lo mataron después de la carrera.
ya que el pronombre átono hace la función de complemento directo.
El uso generalizado del uso de le como complemento directo cuando se refiere a un nombre masculino ha terminado por ser admitido por la Real Academia Española, y el uso ha venido a matizar un tanto la norma anterior. De esta manera, son correctos:
A Juan lo
encontré en la puerta del cine.
A Juan le encontré en la puerta del cine.
Pero no si se refiere a un nombre femenino:
A Inés la encontré a la puerta del cine
Así, sería incorrecto decir:
A Inés le encontré a la puerta del cine.
2. LAÍSMO
El laísmo, por su parte, consiste en la utilización de los pronombres átonos la y las en lugar de le y les como complemento indirecto. El hablante, de este modo, se siente en la obligación de marcar el género del referente.
A Inés la gusta mucho ir al cine.
Debería decirse, ya que se trata de un complemento indirecto:
A Inés le gusta ir al cine.
3. LOÍSMO
Por su parte, el loísmo consiste en la utilización de lo y los en lugar de los pronombre átonos de complemento indirecto: le y les. De los tres fenómenos reseñados, es el que se considera más vulgar.
A Juan lo ofrecieron trabajo la semana pasada.
Lo correcto sería:
A Juan le ofrecieron trabajo la semana pasada.